jueves, 21 de enero de 2010
Enfermedades por los lugares cálidos
Hay lugares o momentos en los que una persona es especialmente propensa a infectarse o a contraer una determinada enfermedad.
Las características físicas propias o del medio ambiente que nos rodea hacen que sea más o menos fácil contagiarse.
Un ambiente húmedo facilita la vida de bacterias y de ácaros, que son los responsables de que podamos contraer alguna enfermedad.
Ésta sería una manera sencilla e intuitiva de explicar cómo los ambientes húmedos pueden aumentar el riesgo de contraer enfermedades.
De hecho, la humedad es el factor más importante que determina el grado de infección de todas las clases de ácaros que surgen en el hogar. Estos microorganismos se encuentran en el polvo de las casas y pueden desencadenar graves problemas de salud como erupciones, bronquitis o dermatitis atópica.
Los expertos aseguran que entre un 5 y un 10 por ciento de la población española padece dermatitis atópica.
Del mismo modo, un alto porcentaje de humedad propicia la aparición de moho, un organismo microscópico cuyas esporas pueden ocasionar asma y otras afecciones de tipo respiratorio.
El moho produce alérgenos, irritantes y, en ciertos casos, sustancias tóxicas. Además, un incorrecto grado de humedad ambiental puede también agravar los síntomas de quienes padecen fibromialgia, una enfermedad crónica que se caracteriza por el dolor, cansancio y fatiga que sufre el paciente.
En cuanto a la aparición de los ácaros, podemos hablar del Síndrome del Edificio Enfermo (SEE), un conjunto de síntomas que padecen individuos que habitan o trabajan en un mismo edificio y que remiten o se reducen cuando lo abandonan.
La OMS tipificó este síndrome en los años 80 y definió como causa la mala calidad del aire del recinto, provocada por una mala ventilación y una temperatura y grado de humedad incorrectos.
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